K&F Concept es sinónimo de calidad. Ya tenía otros filtros en el kit, aunque bastante viejos y con varios años de servicio a mis espaldas. En virtud de mi inminente viaje fotográfico, decidí optar por algo nuevo, confiando siempre en ellos. Os contaré en detalle cuáles son, en mi opinión, los pros y los contras de este nuevo producto suyo. En primer lugar, el embalaje es realmente genial: la caja está hecha de cartón muy resistente, imposible incluso de doblar, y luego la apertura magnética es muy agradable. El filtro se guarda en un estuche de polipiel con cierre magnético y no de plástico, lo que le da al producto un acabado que podemos llamar 'premium'. En el interior, envuelto en una bolsa protectora, el filtro. Es una pieza bastante pesada, ya al tacto da una gran impresión. El cuerpo es de aluminio, los cristales son de excelente acabado. Muy fino (y esto es bueno porque reduce la pérdida de nitidez), impermeable y resistente a los arañazos. Muy agradable (¡y muy útil!) la cosita naranja que necesitas para cambiar la intensidad del propio filtro: el único inconveniente es que no tiene un recorrido limitado durante la rotación, pero no es gran cosa, ya que se indican las limitaciones ND2 y ND400 justo al final del filtro mismo. En cualquier caso, el filtro fue construido de tal manera que, incluso si te pasas de los límites, la molesta sombra 'X' no aparece. Por el momento tuve la oportunidad de probarlo solo en la ciudad en un día algo feo, en los próximos días espero integrar esta reseña mía con otras tomas en la montaña. ¿A quién va dirigido el filtro? Seguramente para los amantes de la fotografía de paisaje o para los que quieran hacer largas exposiciones en la ciudad (manteniéndose dentro de los límites de 9 paradas): por supuesto, el producto no es el más barato del mercado, pero basta probarlo un rato para entender que vale la pena cada centavo que gasta. no soy una fotografia